03/04/2018
Comiat de la Jeni!
Carta de comiat de Jennifer Domínguez Farreras després del seu pas de pràctiques pel pis Itaca
“De casualidad, una mañana aparecí en Itaca, sin saber qué era ni a qué venía exactamente. Me encontré en un momento, abriendo mi corazón a dos desconocidos que, con mucho amor, me entrevistaron y usaron su magia profesional para saber qué era yo y a qué venía exactamente.
Recuerdo mis primeros días con esa melancolía propia de la Navidad. Un Miquel, un Osorto, un Antonio M. y una Jenni decorando el pesebre en la entrada. Creo que fue una buena toma de contacto, pues un pesebre da para mucho palique. De todos modos, pensaba “¿Esto son mis prácticas?”
La primera vez que comí en Itaca fui partícipe de un ritual muy importante que se celebra a diario en esta casa… pero yo aún no lo sabía. Me veo ahí, sentada y calladita, escuchando la conversación y viendo cómo se organizaban para elaborar el menú de la semana. Me sentía bastante cómoda, pero aún y así me preguntaba “¿En esto consisten mis prácticas?”
Transcurrían los días y entre charla con uno, medicación con el otro y cigarro con el de más allá, seguía teniendo la sensación de no estar haciendo prácticas. Sí sentía que convivía unas horas al día con una Ana, un Fernando, un Mohamed, un Sergi o un Robertino. “¿Aprobaré?”, me preguntaba.
Y un día dejé de cuestionarme las funciones que me correspondían o no y me dejé llevar por el microclima Itaca. Y comprendí. Comprendí que el día a día con un Carlos, un Marquez, un Hassan, un Xenofon, un Antonio J. y un Juanto eran mis verdaderas prácticas. Las personas que componen esta partitura que es la vida en Itaca, sus procesos, sus virtudes y sus oportunidades de mejora, sus sentimientos, sus ganas de crecer y mirar hacia delante. Ahí estaba el quid. En ser un apoyo en todo esto ¡que no es poco!
Conoceros es conocerme a mí misma y me siento muy agradecida de haber aparecido aquí, sin tener ni idea de nada ni qué podía hacer.”